

Callahan es un experimentado detective de la policía del departamento de homicidios de San Francisco, famoso por sus métodos drásticos, que le han llevado a fuertes enfrentamientos con sus superiores. Tiene que viajar a San Paulo, un pequeño pueblo del norte de California, donde sigue la pista del autor de la muerte de unos hombres, que han sido encontrados con disparos en la frente y genitales. Allí conoce a una artista solitaria llamada Jennifer Spencer.