

Una mujer reza por el regreso a la vida de su hijo. Afortunadamente, sus oraciones son escuchadas por Iguazú, la madre del día y la noche, y el bebé deja la muerte en un llanto vital y ensordecedor, como el sonido que produce la poderosa cascada de Misiones. Cuenta el mito que invocar al Iguazú, por poderoso que sea, está prohibido, y romper ese pacto tiene consecuencias. Los que regresan están anclados en una época muy lejana donde las mujeres usan corsés y son desnudas por las criadas.