

Ramón ha estado postrado en cama durante casi treinta años al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es acabar con su vida con dignidad. La llegada de dos mujeres cambiará su mundo: Julia, la abogada que quiere apoyar su lucha y Rosa, una vecina del pueblo que intentará convencerlo de que vivir vale la pena vivir. La luminosa personalidad de Ramón acaba cautivando a ambos, quienes deberán cuestionar los principios que rigen sus vidas como nunca antes. Sabe que solo la persona que realmente lo ama será la que lo ayude a hacer ese último viaje.